lunes, 19 de octubre de 2009

Puta crisis (III)

Pidiendo en las calles de Madrid.

Este fin de semana me he dado un paseo por el centro de Madrid ejerciendo de guía turístico. Siempre es gratificante recorrer las pinacotecas españolas y ver lo impresionadas que se quedan las visitas extranjeras con nuestro patrimonio. Pero en la calle hay una desastrosa sorpresa, la cara de la auténtica crisis, de aquellos que han sido arrollados por la situación económica nacional. El impresionado fui yo.

Tengo grabada en mi mente la imagen de un señor en Gran Vía, un señor al que solo vi de pasada, pero al que lamento no haber prestado más atención. Estaba sentado, leyendo un libro, con la mente distraida del trauma de tener que pedir junto a un cartel que solo me dio tiempo a leer por las prisas su título: Antes de judgar, detente a leer un momento... no leí, pero mi mente no pudo sino judgar una y otra vez esa situación. Estaba leyendo, luego era cuanto menos razonablemente cultivado. Estaba aseado, con ropa en buenas condiciones y una preciosa barba canosa muy bien arreglada, lo que me da la idea de que tiene donde dormir, un hogar. Pero tal vez eso sea todo lo que tiene, un techo y nada para el estómago, o para ese café reconstituyente sin el que yo no lograría aguantar todo el día.

También recuerdo una chica embarazada que nos demandó atención en una terraza: estoy embarazada y con mis ingresos no tengo suficiente, ¿me podríais ayudar?... una tras otra, imágenes de gente que se nota no están acostumbradas a tener que llegar a estos extremos, que ha tenido la capacidad hasta hoy de valerse perfectamente por si mismos, pero que ante la impotencia de no encontrar trabajo, guardan la honra, la vergüenza y toman las calles en busca de esa ayuda que ni bancos, ni gobierno, ni un mercado exhausto de si mismo, son capaces de darles.

Y lo cierto es que no encuentro otra manera de salir de esta, aguantar en la calle el chaparrón los fines de semana, mientras buscan trabajo los días laborables. Una búsqueda que se hace eterna, desesperante, trágica, desilusionante, humillante...

2 comentarios:

  1. A ese hombre lo he visto un ontón de veces en el centro de Madrid.
    Y la verdad es que me da igual la forma, más o menos original que tengan de pedir dinero esta gente.
    Vivimos en un país más o menos desarrollado, y también solidario. Existen una especie de albergues para acoger a mendigos, y les dan de comer. Pisos para toxicómanos que están dejando el mundo de las drogas. Les dan comida, techo y ropa.
    Entiendo que puedan pedir dinero para sus cosillas, pero no dejan de ser caprichos. O sipmplemente porque prefieren vivir en la calle, a estar en un lugar con normas, horarios, etc.
    En mi opinión, aquí el que pide es porque quiere.

    Juanma

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  2. Juanma tio, qué duro!!!

    yo lo que digo es que con los 400 euros de subsidio para quienes no tienen trabajo y han terminado con el paro, hay gente que no tiene suficiente. Lo mismo usa esos 400 euros para pagar la hipoteca y no le queda para comer.

    No me parece mal que pidan una yuda, en ti queda dársela o no. Y no me parece justo que iguales la situación de gente en proyecto hombre con aquellos que no tienen para comer. O deficientes mentales, enfermos de psiquiátrico, etc... cada uno de esos temas es un mundo muy diferente.

    un saludo amigo

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