jueves, 15 de octubre de 2009

Inundación de Tudela. "La noche de la ruina"

Tudela, calle Muro, tras la inundación de 1871.

Pero no es esta la gran inundación a la que me refiero, sino la que ocurrió un 14 de Octubre de 1709, ya hace 300 años y que terminó con la vida de 100 vecinos. Siempre he escuchado de mis mayores los peligros de vivir junto al río más caudaloso del país, e incluso fui testigo de una importante inundación en 2003 que tomó las calles más céntricas de la ciudad, arruinando muchos bares en el casco antiguo así como coches. De hecho escribí sobre ello hablando de la obra de Alday y Jover: http://areche.blogspot.com/2009/08/aprendiendo-de-alday-y-jover.html

Pues bien, también escuché otra frase que me dejó extrañado y es que no era el Ebro el más peligroso, sino uno de sus pequeños afluentes que cruza la ciudad. Al parecer cada 100 años más o menos, coinciden dos situaciones que traen como resultado una catástrofe. En caso de que el Ebro venga crecido y el Queiles, su pequeño afluente, traiga las aguas del deshielo y una tormenta torrencial desde el Moncayo, será cuando el agua alcance fuerzas y alturas insospechadas, pues el río mayor hace tapón al pequeño y este busca su salida por las calles de la ciudad. No en vano, Tudela guarda sorpresas en algunas de sus esquinas, indicando hasta que punto llegó el agua en alguna de sus crecidas.

Pero en 1709, el Ebro no traía gran caudal, sino que fue la mano de los propios tudelanos la que se autoinfligió el drama. Aquellos años estaban marcados por la guerra de sucesión entre partidarios de los Borbones y los Austrias y Tudela como ciudad fronteriza entre ambos bandos, se fortificó para una posible defensa entorno al foso natural que suponía el río Queiles. Fue en este momento de crecida del afluente, que arrastró estas defensas provisionales hacia los diferentes puentes de la ciudad y la aun joven plaza de los Fueros, que estaba edificada justo encima del cauce. Estas empalizadas y defensas al ser arrastradas por las aguas, cegaron cada una de estas construcciones convirtiéndolas en diques y obligando al río a buscar entre las calles y casas de la ciudad una salida.

No parece casualidad que la ciudad en cuanto tuviese ocasión, renegase del Queiles, cubriendo todo su cauce al cruzar la urbe negando su existencia... el Ebro nos da de beber, nos riega las huertas, el Queiles solo trae enfermedad y catástrofe. De igual modo, tampoco resulta casual que las zonas más deprimidas del casco antiguo, coincidan con las de mayor riesgo de inundación, al igual que la situación de palacios, catedral, etc, siempre lejos de dichas zonas de riesgo.

Esto solo es un ejemplo más de la inconsciencia urbanística que históricamente ha existido en España y que cada cierto tiempo el clima se encarga de reprocharnos. No son pocas las localidades que sobre todo en levante, sufren riadas. También recordaremos todos la catástrofe del camping de Biescas, avisos constantes de como los ríos reclaman sus cauces pese a que nos empeñemos en lo contrario.

¿Pero hoy sería posible una crecida de estas características?

Realmente parece improbable. El Ebro hoy es el río más controlado de España, disponiendo de embalses en cada una de las cabeceras de sus afluentes y canales capaces de desviar hasta 500 hectómetros cúbicos como el Imperial de Aragón, cuando el caudal medio del río ronda los 1000. Por su parte no hace mucho el Queiles fue pacificado en las faldas de su montaña madre, el Moncayo, con otro embalse que salvaría crecidas de tamaña importancia. De igual modo, la concienciación por mantener los cauces limpios, impediría la acumulación de escombros que cegasen ojos de puentes como sucedió entonces. Aun así, nunca está de más recordar lo que sucedió entonces.

Noticia:http://www.diariodenavarra.es/20091014/tudela/tudela-mayor-tragedia.html?not=2009101402445966&idnot=2009101402445966&dia=20091014&seccion=tudela&seccion2=tudela&chnl=10

1 comentario:

  1. Muy interesante. De todas formas la legislación todavía protege. Cuando se diseñó el parque del Queiles (que todavía ni se espera construir), había que tener en cuenta que cada 100 años viene una de estas riadas y cada 500 otra de mayor envergadura, si no recuerdo mal.

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