viernes, 27 de noviembre de 2009

Monumento subterráneo

Estanque de tormentas, Tokio.

Bajo nuestros pies hay todo un mundo urbano paralelo a la vida en superficie. A nadie le sorprende moverse por el metro, o guardar el coche en una planta -3, pero es mucho lo que desconocemos de este infra universo.

La imagen que bien podría ser de una catedral, un catedral un poco fea, o pertenecer a la obra de Tolkien (bienvenido a la ciudad del enano... la llaman mina, una mina), nos muestra uno de los secretos que guardan las ciudades bajo ellas y que nunca llegamos a conocer. Auténticos monumentos de ingeniería que nos sobrecogen con sus dimensiones, que rivalizan con el afamado orden gigante de Miguel Angel en escala y nos permiten, en este caso, acoger el agua de lluvia para su posterior tratamiento y devolución al ecosistema.

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