Son unas fotillos que he encontrado mirando unos CD´s viejos. Las hice estas navidades pasadas.
Lo cierto es que este edificio, que desde lejos no nos llama mucho la atención, salvo por su vela tumbada claro está, guarda un número importante de sensaciones para el ojo ávido de encontrarlas. En la primera foto, vemos como la cubierta juega con las curvas del paisaje, con el teleférico y el puente de Vasco de Gama, remarcando con sutileza las mentadas curvas y la horizontalidad de las mismas, así como del océano. ¿Un recuerdo de la horizontalidad del paisaje que debían sufrir los afamados descubridores lusos?
En la segunda vemos la contraposición de la verticalidad y contundencia de los soportes de la vela, con esta misma. La vela que desde lejos transmite una sensación textil, bajo ella nos acoge en un entorno controlado, como si estuviésemos dentro del edificio, haciéndonos conscientes de su peso y contundencia. Al margen quedan algunas goteras que han empezado a surgir.
Pero también guarda un espacio muy diferente y oculto en su parte trasera. Una serie de "hortus" abiertos en descentrados pasos, crean ligeros recorridos que nos recuerdan a los patios típicos de la cultura ibérica, con un blanco encalado solo roto por el verde de la vegetación. Además encontraremos un pasadizo que nos reconducirá hacia la entrada y vela del pabellón, que nos recuerdan a muchas otras obras de Siza.
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