viernes, 1 de mayo de 2009

Casas y ubicación


Sun City, Phoenix, Arizona (primera imagen). Publicada en Arquitectura Viva nº 88.
Desierto de Arizona (segunda imagen).


Es de sobra conocida la situación que encontramos en los suburbios estadounidenses, en los que hectárea tras hectárea, se edifican unifamiliares de madera con extensiones importantes de jardín, lo que no solo hace que el transporte termine siendo forzosamente con automóvil, sino que en casos como Phoenix (Arizona), consuman una cantidad ingente de recursos hídricos de los que no disponen. Pero lo realmente chocante, es que desde Nueva York a Arizona, todas las edificaciones respondan a un mismo tipo de casa de madera, independientemente del clima y el entorno al que se tenga que amoldar, existan riesgos de tornado o huracán. Nada de esto importa si dispones de energía barata que alimente la calefacción y el aire acondicionado en la sociedad más consumista.


Pero no solo Estados Unidos sufre este problema. En España veo atónito, como la gente se permite "caprichos" no entendibles en los lugares más insospechados. En Villanueva de la Cañada (Madrid), existe una réplica de un caserón Cántabro, de aquellos que construían los llegados de hacer las Américas ya enriquecidos. En las proximidades una casa caribeña que por su inexplicable situación en Europa, sirve como mansión cinematográfica de traficantes de drogas. Y en mi ciudad, inmigrantes de la Navarra pirenaica, se hacen construir caseríos de piedra y madera con cubiertas de 45 grados a orillas del Ebro, en la segunda región europea con más horas de sol y menos precipitaciones solo por detrás de Almería.
Pongamos freno a estas inexplicables actuaciones, concienciémonos de que el corta y pega no es sostenible, ni ecológicamente ni arquitecturalmente.

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