lunes, 14 de febrero de 2011

Dictadores





Me atreví a decir hace no mucho en el post Cuando tiemblan los cimientos de Europa, que: este puede ser el particular Mayo del 68 de nuestra generación y como todo en nuestro tiempo, es globalizado...
Pues poco tiempo ha hecho falta para darme cierta parte de razón. Y la globalización ha llegado al mundo islámico, ya sea en el Magreb, en los países árabes, e incluso en Persia. Primero Túnez, luego Egipto y sabe Alá cuantos más vendrán después, se han sacudido sus tiranías desde la revolución social, la protesta pacífica y enarbolando las banderas de las naciones que aman y que por ello quieren mejorar. Mi más sincera enhorabuena y admiración.

Pero para ello hacen falta nuevos dictadores:

En la época romana existían estas figuras legales. Durante la república, diversos personajes asumieron el poder total en momentos de crisis durante un periodo máximo de 6 meses, para tras este tiempo, devolver al senado y al pueblo (bueno, a los patricios y équites) la soberanía. Sila primero y Julio Cesar después, dinamitaron esta figura que terminaría siendo substituida por el principado de Octavio Augusto.

Y esta figura es retomada hoy tanto en Egipto, como en Túnez. Un dictador militar toma el poder durante 6 meses para gradualmente devolverle la soberanía al pueblo y dotarle de una constitución y forma de gobierno democrática.

Pero de puntillas otro dictador muy diferente se ha establecido sin oposición internacional alguna. Hugo Chavez,  para asegurar que todos sus alocados proyectos lleguen a lo que él considera buen puerto, se ha hecho investir dictador durante 18 meses, dotándose de total capacidad de legislar sin la necesidad de ser refrendado por las instituciones parlamentarias. Por supuesto, como hiciese Augusto, ha huido del título dictatorial, pero ello no esconde el hecho de convertirse en una figura totalitaria anti-democrática.

¡Qué cierto es que la historia se repite!, pero no siempre para bien.


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