viernes, 11 de febrero de 2011

De ciudades y tráfico rodado

Plan para el centro de Filadelfia. Arq: Louis Kahn.

Estos días en los que la contaminación de nuestras ciudades es noticia, junto con diversas iniciativas que tratan de solucionarlo sin éxito alguno, no puedo sino recordar el proyecto no realizado que Kahn diseñó en los 50 para Filadelfia (EEUU).

Con 50 años de antelación, el arquitecto ya detectó el problema que supone el vehículo privado para el buen funcionamiento de una urbe. Él comparaba el tráfico con ríos y cauces, en los que el agua son los coches y como el líquido, siguen una topografía. Solo comprendiendo el medio por el que se mueve el fluido, podremos encauzarlo y remansarlo donde y cuando haga falta, para no inundar aquello que tratamos de preservar.

Sin conocer todavía el problema que puede suponer la polución que los coches producen, Kahn sin embargo ya intuía que mejoraría el centro de la ciudad estadounidense si lo liberaba del tráfico rodado, lo acondicionaba para el peatón y aumentaba tanto la densidad como la oferta de transporte público. Para ello plantea una serie de edificios cuyo centro son mastodónticos aparcamientos disuasorios, ubicados en los puntos clave, allí donde las grandes vías de transporte confluyen con el "down town".

Según el maestro estadounidense, el coche ha de encontrar su lugar dentro de la trama urbana, por ello no esconde su almacenamiento, más bien al contrario, lo hace obvio para que el usuario sepa donde estacionarlo y sustituirlo por el servicio público.

Tras la lección que supone este proyecto no realizado para la profesión, algunas ciudades europeas tomaron nota y comenzaron su particular plan "Filadelfia", ya sea para mejorar la calidad del aire, para mejorar la circulación de los atestados cascos históricos, o ambos.

Londres por su parte, valiéndose de su extensa red de metro y tren, al tiempo que de la tecnología, impide desde hace unos años la entrada de vehículos a su centro, salvo la excepción de vecinos y transporte público. Recuerdo que andar por la ciudad inglesa resulta reconfortante, ya que el escaso tráfico está casi en su totalidad compuesto por taxis y autobuses, teniendo en cuenta además el cuidado estético de estos vehículos. Una ciudad en la que ser peatón es casi un privilegio.

Aparcamiento y estación de tranvía, Estrasburgo, Francia. Arq: Zaha Hadid.

Pero sin embargo, si alguna ciudad supone una auténtica inspiración, esa es Estrasburgo. La ciudad gala, gracias también a su mucho menor tamaño, realizó un plan de liberación del centro en favor del peatón, que nos recuerda mucho al ejemplo de Filadelfia. Una serie de aparcamientos disuasorios "extra-muros", comunicados a su vez con una nueva red de tranvías que cruzan y comunican toda la ciudad.

Entonces, ¿qué podríamos hacer en España?

Si tomamos como ejemplo Madrid, no me resulta para nada descabellado realizar un plan Filadelfia para la capital Española. Parece que el centro ha sido delimitado por la M-30, todo lo que quede rodeado por esta autovía de circunvalación, debería quedar liberado de gran parte del tremendo tráfico que soporta. Para solucionarlo podríamos combinar los ejemplos de Londres y Estrasgurgo, penalizando mediante peaje a quien quiera entrar en el centro, pero facilitando en el perímetro una serie de parkings públicos de escaso coste económico y bien conectados con la red de transporte público, que por otra parte es muy completo y apenas necesitaría de nuevas inversiones.

Inconscientemente, es lo que vengo haciendo desde que vivo a las afueras de la villa y corte: Entro la mayoría de veces por la A6, aparco de forma gratuita en la Ciudad Universitaria a escasos metros de la boca del metro y en menos de 20 minutos surjo del subterráneo en mi destino. Lo que yo hago, podríamos hacerlo todos, solucionando tráfico y contaminación al tiempo. 

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