Ceremonia audiovisual, en conmemoración de la capitalidad española de la Unión Europea.
No creo que descubra nada nuevo a aquellos que prestan atención a este modesto blog, si manifiesto mi ferviente europeísmo. Por ello, tampoco os sorprenderá mi ilusión y apoyo a la ceremonia audiovisual que tras las tradicionales campanadas en la puerta del Sol de Madrid, dio la bienvenida a la presidencia española de la Unión. Un juego de luces y colores que haciendo mención a los 27 países miembros, mostraron la conciencia europea de los españoles, subrayada de forma espontánea y emocionante por los congregados en la plaza, quienes corearon el Himno de la Alegría de Beethoven (himno europeo). Un derroche artístico, que nos recuerda a la inauguración del nuevo museo de Atenas
Destacó el espectáculo, por la sensibilidad con la que el alzado luminoso de la fachada se plegaba sobre si mismo, y cómo los edificios más característicos de cada país, encajaban perfectamente en las formas y el lenguaje clásico del antiguo edificio de correos, coincidiendo la entrada principal con el Arco del Triunfo de París, o haciendo que el Puente de la Torre de Londres, alzase sus pasarelas.
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