martes, 22 de diciembre de 2009

Café a la Mies van der Rohe

Ai Weiwei: leche y café en el Pabellón Mies de Barcelona.

El artista chino Ai Weiwei, ha mezclado dos conceptos archiconocidos para los estudiantes de arquitectura, el pabellón alemán de Barcelona de Mies, con el café con leche. Dos elementos fundamentales para la inspiración y aprendizaje para aquellos que tratamos de sacarnos esta "bonita" carrera.

Más allá de bromas, la reflexión del chino en mi opinión es muy acertada: "encuentra algo que todo el mundo utilice". La intervención del artista en el pabellón, pensado efímero para permanecer exclusivamente el tiempo de la Exposición Internacional de 1929, propone una reflexión sobre el uso de los edificios y la concepción que tenemos de ellos como espacios únicos e inalterables.

Ciertamente esta obra ha pasado a no tener más uso que el de ser visitado. Su concepción inicial ha sido sobrepasada, por lo que no es de extrañar que fuese desmantelado tras la exposición del 29, pero tampoco nos sorprendemos de su posterior reconstrucción. ¿Pero ahora es arquitectura, o una escultura muy grande... arte?.

La idea surgió en Weiwei cuando al preguntar qué era lo que cambiaba en el pabellón, los responsables le dijeron que lo único que se renovaba era el agua de las dos piscinas, una exterior y otra interior. Weiwei centra su atención en esa quietud aparente: ‘Mantener las condiciones correctas para la leche y el café es como tener cuidado de un ser vivo: requiere un esfuerzo para preservarlos de la luz, unas constantes.’ De esta forma, el artista trata de devolver en parte la vida dinámica y la transformación, que todo edificio sufre con el paso del tiempo. La arquitectura no es inmutable.

Como Santiago de Molina apunta en su blog Múltiples:

Como objeto de cultura, la obra se enriquece con el paso del tiempo. Como la fruta y las flores, se malogra si se congela. En ese sentido, hoy Venecia resulta un cadáver tan putrefacto como las aguas donde flota, igual que la mayor parte de los monumentos del movimiento moderno. Objetos de veneración arquitectónica, detenidos en un instante, que se conservan como parte de una valiosa e irrenunciable memoria, pero inaccesibles e intocables: Objetos de museo.

Fuente: Arquitectura viva

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