Salvador Dalí es uno de esos genios que inundan la historia de España con arte. Por todos sabido es que el catalán no solo pintó, sino que también experimento con las artes gráficas que el silo XX le ofrecía, como la fotografía o el cine. En la instantánea que nos ocupa, su amigo Philippe Halsman, le rinde su particular homenaje.
En la época en la que la energía atómica ya había demostrado su poder, sus aplicaciones científicas y su repercusión en la sociedad, estaban en boca de todos, es por eso que en la imagen ambos artistas quieran fisionar los elementos en una explosión creativa, dejando ingrávidos por un impulso subterráneo todo lo que les rodea.
Tras 26 intentos y cinco horas de trabajo, la composición por fin quedó al gusto de Halsman. Mientras la mujer del fotógrafo sostenía la silla, varios ayudantes lanzaban un cubo de agua y los tres gatos, al tiempo que Dalí saltaba. El resultado es un apurado pintor que sufre por encontrar su sitio en la instantánea y una curva de agua que parece una vía sólida de hielo por la que uno de los felinos se desliza.
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