Me atreví a decir hace no mucho en el post Cuando tiemblan los cimientos de Europa, que: este puede ser el particular Mayo del 68 de nuestra generación y como todo en nuestro tiempo, es globalizado...
Pues poco tiempo ha hecho falta para darme cierta parte de razón. Y la globalización ha llegado al mundo islámico, ya sea en el Magreb, en los países árabes, e incluso en Persia. Primero Túnez, luego Egipto y sabe Alá cuantos más vendrán después, se han sacudido sus tiranías desde la revolución social, la protesta pacífica y enarbolando las banderas de las naciones que aman y que por ello quieren mejorar. Mi más sincera enhorabuena y admiración.Pero para ello hacen falta nuevos dictadores:
En la época romana existían estas figuras legales. Durante la república, diversos personajes asumieron el poder total en momentos de crisis durante un periodo máximo de 6 meses, para tras este tiempo, devolver al senado y al pueblo (bueno, a los patricios y équites) la soberanía. Sila primero y Julio Cesar después, dinamitaron esta figura que terminaría siendo substituida por el principado de Octavio Augusto.
Y esta figura es retomada hoy tanto en Egipto, como en Túnez. Un dictador militar toma el poder durante 6 meses para gradualmente devolverle la soberanía al pueblo y dotarle de una constitución y forma de gobierno democrática.

¡Qué cierto es que la historia se repite!, pero no siempre para bien.
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