Si digo que las estaciones de tren y aeropuertos, son las actuales puertas de la muralla de las ciudades, no diré nada nuevo, pero rara vez un proyecto de estación cede su protagonismo a la ciudad y rinde justo homenaje a esta. Si pensamos en París por ejemplo, inmediatamente recordamos sus Gares, ejemplos de arquitectura modernista de acero y bóvedas lucernario, que más que hablarnos de la urbe, son un emblema más de la ciudad. Si pensamos en los aeropuertos de cualquier lugar, el ejemplo es aun más claro. Alejados estos del centro, son mundos ensimismados y herméticos que se podrían situar casi indiferentemente en una localidad u otra, sin que sufriesen mucho por ello.
Por esto he quedado admirado por el proyecto de Moneo para la estación del AVE de Granada. La nueva puerta de la muralla granadina, cede mediante grandes ventanales el protagonismo a los dos elementos paisajísticos principales de la ciudad, como son la Alhambra y Sierra Nevada, haciendo que el pasajero recién llegado en su discurrir por el edificio, se maraville con ambas vistas. Aunque siendo realistas, al margen de la gran sensibilidad del arquitecto, le ha tocado en gracia un lugar envidiable en el que situar su edificio.
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