martes, 4 de mayo de 2010

Creación publicitaria



La publicidad es ese incordio que nos bombardea constantemente con mil y un mensaje, que siempre nos incita a consumir apelando al subconsciente. Los creativos siempre comentan la necesidad de incidir en los sentimientos, pues nadie es capaz de vender un producto por sus cualidades. En esta sociedad consumista, las diferentes marcas han alcanzado un grado tan parecido en calidad y se han esforzado tanto en demostrarla, que ya no son capaces de distinguirse por la misma, los consumidores somos incrédulos, o ya no nos llaman la atención las cualidades de aquello que compramos.

Por ello, las compañías se afanan en la creación de imagen de marca, un sentimiento que nos venga a la mente cada vez que oigamos hablar de ella. Así, los coches Mercedes siempre nos recordaran su elegancia, clasicismo y sofisticación, mientras que BMW, nos inspirará más deportividad, pero sin embargo, ambas compañías luchan por la misma cuota de mercado con unas prestaciones parecidas.

Por ejemplo: Seat, aquí en España, suele recurrir a su origen español para vendernos el producto, usando el rojo y música característica, que pese a ser contemporánea, tiene como base un toque folclórico. Esto nos hace sentir esta marca como propia y nos empuja a decidirnos por ella apelando a nuestro nacionalismo, mientras que Fiat, nos trata de vender sus características, o como mucho, apela a la fama del diseño italiano. Pero a la hora de comprarlo, descubrimos que Seat en España es más caro que en Italia, y al contrario pasará con Fiat en Italia. Hay un sobreprecio al sentimiento patrio... Y eso que Seat hoy pertenece al grupo alemán VW.



Pero si algo debemos reconocer, es la originalidad que día a día vemos en alguno de los comerciales. Un ejemplo claro es el arriba mostrado de Canal+ Francia. Un alarde de medios creativos que nos hagan fijarnos en un producto, pese a nuestra saturación. Es igual que lograr fijar nuestra vista en un solo pájaro, en mitad de una bandada en plena migración.



Otra de las vertientes publicitarias que más dan que hablar, es la agresividad directa entre marcas competidoras. Aquí en España empieza a ser habitual la lucha encarnizada entre los diferentes zumos, pero con cierta poca clase y en mi opinión sin elegancia alguna. Nada comparable al magnífico anuncio de Pepsi de arriba.



Y por supuesto, el mayor logro de una campaña es que esta pase a formar parte de nuestro día a día, que entre en nuestras conversaciones, se hagan parodias de ella y la gente incluso se alegre de verlas.

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