Más bien, la "NO arquitectura en tiempos revueltos". Desde que comenzaron las protestas en Sol primero y en el resto de ciudades después, parece no haber espacio para la profesión en nuestras conversaciones, no parecen existir las ganas del debate profesional cuando de lo que habla la sociedad es de problemas más fundamentales, primarios.
E incluso, algunas de las páginas referentes de nuestro mundillo, prestan atención a las arquitecturas efímeras y casi de emergencia que han surgido en estos campamentos, con los materiales donados y con el poder de la voluntad de aquellos que quieren cambiar el mundo. Es el caso de Anatxu Zabalbeascoa, quien pasa por ser una de las más influyentes periodistas de la arquitectura, en su blog "Del tirador a la ciudad" (Arquitectura protesta).
La curiosidad para nosotros ha venido de la mano de "las setas" de la plaza de la Encarnación de Sevilla. El proyecto que no disfrutó nunca de popularidad entre los hispalenses, que castigó las arcas municipales con retrasos y subidas presupuestarias difíciles de asumir para el ayuntamiento, ha visto mejorada su imagen de manera sobresaliente, desde que el movimiento de protesta tomase este lugar como su particular punto de reunión. El edificio que parecía ser un fracaso, teniendo en cuenta el esfuerzo que supuso construirlo y el poco rendimiento que aportaba, ha pasado a ser el emblema fundamental de Sevilla durante este último mes. Ya sea en televisión, periódicos, internet, todos los medios mostraban panorámicas de la plaza de la encarnación.
Desde la poética de la arquitectura, celebramos que las plazas recuperen su importancia, que sean de nuevo ese foro, ese ágora, o ese mentidero en el que hablar, debatir y tratar de dirigir nuestro propio futuro. Pero retomando la impresión primera, no parece que el joven arquitecto tenga ganas hoy de hablar de "lo suyo", sino más bien de lo de todos.
Recuerdo que en el documental de TVE "Elogio a la luz" dedicado a Moneo, este decía que en los 70, al mudarse a Barcelona para ejercer de profesor, el ambiente político de la transición y la reivindicación nacionalista, tenía ocupada a la profesión en temas no relacionados, al menos directamente, con la arquitectura. Tan solo una aldea de irreductibles arquitectos lograron mantener la publicación "Arquitecturas bis" como oasis arquitectónico en medio del remolino político de la Cataluña de la transición. Tal vez sea un tanto presuntuoso comparar ambos momentos históricos, pero en diciembre del año pasado ya dije que este podía ser nuestro Mayo del 68 (Cuando tiemblan los cimientos de Europa).
En el vídeo a partir del minuto 7, Moneo nos habla de esa época.