Biblioteca de Caen. Arq: OMA
Tras la presentación del proyecto para la futura Biblioteca multimedia que diseña el estudio holandés en Francia, una pregunta muy contundente me ha venido a la mente: ¿qué es una biblioteca?
Hoy que todo se pone en cuestión, la viabilidad de los mercados y el capitalismo, el urbanismo de nuestras ciudades, los museos como contenedores de arte y un infinito etc, parece lógico que las bibliotecas también deban ser cuestionadas como tipología.
La biblioteca más famosa de la historia, la de Alejandría, poco tenía que ver con nuestro concepto de almacén de libros y sala de lectura y estudio, era más un centro de enseñanza, aprendizaje e intercambio de conocimientos, amén de almacenar papiros y tablillas, claro está. Algo más parecido a una universidad. Y según OMA en este ejemplo francés, parece que es hacia esta dirección, a la que deben encaminarse estos edificios.
Como vemos en la imagen, la sala de lectura pasa a ser un ágora del conocimiento, en donde lectores de todas las disciplinas convergen para enriquecerse los unos de los otros, debatiendo, hablando en un foro soleado y con vistas a la ciudad, en vez de aislarse en su libro recogido por una luz tenue. Un espacio público con todo lo que esto implica, en el que encontrarse e interactuar, con la ventaja de poder recurrir al conocimiento que esta instalación pone a tu alcance. Si quieres estudiar o simplemente leer, podrás hacerlo con el murmullo de la gente, y si no, deberás intentarlo en lugares pensados exclusivamente para ello. Si no estudiarías en la plaza mayor de tu ciudad, tampoco lo hagas en la de esta biblioteca.
Tras la presentación del proyecto para la futura Biblioteca multimedia que diseña el estudio holandés en Francia, una pregunta muy contundente me ha venido a la mente: ¿qué es una biblioteca?
Hoy que todo se pone en cuestión, la viabilidad de los mercados y el capitalismo, el urbanismo de nuestras ciudades, los museos como contenedores de arte y un infinito etc, parece lógico que las bibliotecas también deban ser cuestionadas como tipología.
La biblioteca más famosa de la historia, la de Alejandría, poco tenía que ver con nuestro concepto de almacén de libros y sala de lectura y estudio, era más un centro de enseñanza, aprendizaje e intercambio de conocimientos, amén de almacenar papiros y tablillas, claro está. Algo más parecido a una universidad. Y según OMA en este ejemplo francés, parece que es hacia esta dirección, a la que deben encaminarse estos edificios.
Como vemos en la imagen, la sala de lectura pasa a ser un ágora del conocimiento, en donde lectores de todas las disciplinas convergen para enriquecerse los unos de los otros, debatiendo, hablando en un foro soleado y con vistas a la ciudad, en vez de aislarse en su libro recogido por una luz tenue. Un espacio público con todo lo que esto implica, en el que encontrarse e interactuar, con la ventaja de poder recurrir al conocimiento que esta instalación pone a tu alcance. Si quieres estudiar o simplemente leer, podrás hacerlo con el murmullo de la gente, y si no, deberás intentarlo en lugares pensados exclusivamente para ello. Si no estudiarías en la plaza mayor de tu ciudad, tampoco lo hagas en la de esta biblioteca.
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