martes, 26 de mayo de 2009

Cogida a Pablo Hermoso


Lejos de entrar o dar pie a polémicas taurinas o antitaurinas, solo quiero expresar la admiración que me causa la compenetración entre jinete y caballo torero en la lidia con rejones. Siempre me ha maravillado como ambos intérpretes se funden para ser "uno" ante el toro, defendiéndose, confiando hasta extremos inimaginables.
Lamentablemente hemos visto un claro ejemplo esta semana en San Isidro, no en una faena memorable, sino en una accidentada actuación de Hermoso de Mendoza. Una mala medición por parte del navarro, hizo que el toro embistiese de lleno el vientre de su montura "Pata Negra", dando la sensación de inhabilitar al caballo "torero" de por vida. Lo más impresionante vino después, cuando Pablo, sin pensarlo dos veces, se levanta como un resorte y se interpone entre el morlaco y su amigo con sus manos como única defensa, con tal de evitarle mayores males... a buen seguro Pata Negra sabrá responder el gesto en el futuro con mordiscos y pezuñas, llegado el momento.

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