
Comparto la reflexión acerca de lo cambiante de los contextos en que se ha de diseñar la arquitectura hoy en día, pero tengo mis reservas acerca de la relación del Guggenheim y su entorno tras la reforma de la ría. Cierto es que el día en que se inauguró el museo, este conversaba con sus más inmediatos vecinos, varias instalaciones post-industriales, y que hoy ya no lo hace, tal vez solo con el puente junto al que se asienta. Pero como nos insistís en clase, ¿acaso no puede haber cambiado tan solo el plano que se debiera hacer para situarlo?.



Otra reflexión posible es la de que los edificios capturan la esencia del momento en que se conciben, quedando reflejado el carácter del lugar en ese preciso instante, puesto que las reflexiones sobre el Guggenheim, deberían ser extensibles al palacio Euskalduna, el cual sufre de la misma problemática. Pero tal vez sin pretenderlo, han creado un vínculo entre ellos, manteniendo un diálogo en titanio y acero cortén.

Dicho lo cual, ¿acaso el plano de situación del auditorio de Koolhass en Oporto no debería pasar a ser todo Portugal?, si no lo es ya.
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