

Enlaces de interés:
http://www.vegavaldavia.com/laolmeda.asp
http://www.excavacionegipto.com/index.jsp.htm
Comparto la reflexión acerca de lo cambiante de los contextos en que se ha de diseñar la arquitectura hoy en día, pero tengo mis reservas acerca de la relación del Guggenheim y su entorno tras la reforma de la ría. Cierto es que el día en que se inauguró el museo, este conversaba con sus más inmediatos vecinos, varias instalaciones post-industriales, y que hoy ya no lo hace, tal vez solo con el puente junto al que se asienta. Pero como nos insistís en clase, ¿acaso no puede haber cambiado tan solo el plano que se debiera hacer para situarlo?.
Otra reflexión posible es la de que los edificios capturan la esencia del momento en que se conciben, quedando reflejado el carácter del lugar en ese preciso instante, puesto que las reflexiones sobre el Guggenheim, deberían ser extensibles al palacio Euskalduna, el cual sufre de la misma problemática. Pero tal vez sin pretenderlo, han creado un vínculo entre ellos, manteniendo un diálogo en titanio y acero cortén.
Dicho lo cual, ¿acaso el plano de situación del auditorio de Koolhass en Oporto no debería pasar a ser todo Portugal?, si no lo es ya.
Siguiendo con reformas de castillos, Nieto y Sobejano disponen en Moritzburg una cubierta de la que cuelgan las nuevas salas. Como ellos mismos defienden: como arquitectos de origen mediterráneo, nos sorprendió sobremanera el tamaño y presencia de las cubiertas en las ciudades centro europeas, por lo que consideramos que desde estas podíamos cerrar las alas del castillo a reformar y disponer colgadas del "tejado" las nuevas salas.
A Herzog y de Meuron por su parte, la idea generatriz del proyecto se la dio la propia Jerez en el proyecto para la Ciudad del Flamenco. Su historia y urbanismo islámico les indicó la necesidad de diseñar un edificio volcado hacia el interior y a una serie de patios, mientras que es recubierto de una piel que resulta de la conjunción de una serie de palabras escritas en árabe. Una vez más es la historia la que señala por donde ha de ir el edificio.
En el caso de Souto de Moura en Braga, es también la historia la que le da la respuesta, pero no la del lugar, sino la de "tipo" arquitectónico. El arquitecto portugués indica que para inspirarse a la hora de estudiar este proyecto, no se fijó en la arquitectura actual, sino que viajó a Grecia e intentó reflejar el espíritu de los teatros clásicos helenos. Al disfrutar de una ubicación similar a la que tenían estos, entendió como adecuado que su estadio siguiese las mismas normas: debía apoyarse en la roca, reposando el graderío en esta y hacer que la montaña abrazase la "escena", en este caso el terreno de juego. el problema es que los campos de fútbol se cierran para acoger mayor cantidad de público, por lo que el anfiteatro no reposado en la colina, se sustentaría en esta mediante un atirantado que discurriría por la cubierta. A su vez los fondos detrás de las porterías, quedan abiertos a la naturaleza como ocurre en los edificios griegos que no se completan en el lado del escenario, permitiendo así el contacto visual con la "natura" circundante.
Rocca Calascio, Abruzzo.
Hasta el verano, en el que más que nunca nos veremos de nuevo...